martes, 24 de enero de 2017

Lugares



-¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió

La Casa de Asterión. JLB.

Palabras, formalidad, y gestos, que dibujan en el otro la añoranza, se forjaron en segundos, para mutar en recuerdos lo que hasta el momento fue vida; mientras los bosquejos y las semblanzas dejaban en la memoria los cimientos de una nueva realidad.

No bastó el deseo, no sobró el afán; justos en medida y dispuestos se encontraron, para desatar lo necesario y decidir, con apoyo del tiempo, el nuevo lugar; en la búsqueda incesante por estar.

Espacio y columnas, jardines y vacíos. Periódicos rincones infinitos. El mundo. Redentores y abnegados.

Dejando ser y siendo; evitando la imagen de lo perdido, la casa dejó a Asterión.