miércoles, 12 de febrero de 2014

Encuentro

Descubrí en su mirada la tímida revelación de un encuentro postergado, y en su sonrisa, la confirmación de un suspiro necesario. Puede ver, los vi, los vestigios de un naufragio y de una búsqueda incesante; y las marcas de los ríos que le vaciaban y llenaban el alma. 

Advertí en sus pasos, la energía creadora y los miedos incesantes; las dudas reveladas, los aciertos encontrados y la errática manera de hacer bien las cosas; entendí otra vez, lo irracional en él (en mi) y en eso que creíamos cierto; hallando así, una vez más, una idea que soñar dormido y despierto durante la eternidad fugaz del ocaso.

Suspiré y comprendí, que no es posible acaecer completo únicamente en la compañía del silencio; y que no existe mayor recompensa, que unos labios tibios y suaves después de una larga batida.

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